Frase del día

"Si quieres conocer el espíritu de un pueblo, visita su mercado y fíjate cómo se alimenta." Juan Marí Arzak

lunes, 9 de marzo de 2009

Diálogos de cocina: Segunda edición

Diálogos de cocina celebra su segunda edición los días 16 y 17 de marzo de 2009. Este congreso que tiene la finalidad de acercar y unir a los chefs desde la perspectiva de cada una de las disciplinas. Se trata de un encuentro de profesionales para profesionales que en esta edición gira en torno a los sentidos. Este año, se celebrará en el Palacio Miramar de San Sebastian-Donostia.

Diálogos de cocina, Con los cinco sentidos, cuenta con un programa impresionante en el que participarán los chefs y científicos más prestigiosos. Otras disciplinas relacionadas con la gastronomía y los sentidos también estarán representadas, como la sociología, la psicología, la biotecnología, la medicina, la ecología, etc.

Cada uno de los expertos aportará sus conocimientos y últimos descubrimientos, así como sus creaciones en jornadas tituladas "La interpretación de los sentidos", "La identidad del conocimiento", "¿Cinco ventanas al mundo?" y "El futuro de los sentidos, percepciones y cultura".
Las reflexiones del evento podrán seguirse a través del blog oficial.

domingo, 8 de marzo de 2009

¿Cómo lograr un huevo duro perfecto?

¿Se lo han preguntado alguna vez? Les propongo que piensen cómo lo harían... Pero para tomar un punto de referencia, vamos a definir qué condiciones debería reunir un huevo duro perfecto:
  • No debe rajarse durante la cocción.
  • Debe pelarse fácilmente.
  • Su clara debe estar blanda y con sabor agradable, pero no gomosa.
  • La yema debe estar cocida sin ser arenosa; no debe percibirse ningún aroma azufrado ni observarse ninguna zona de color verdoso alrededor de la yema. La misma debe estar centrada en el medio de la clara.
Ahora veamos cómo conseguimos que se cumpla todo esto que le exigimos al pobre huevo duro:

Evitar las rajaduras: Ante todo debemos romper el mito del agregado de sal al agua de cocción para que, por efecto osmótico impida el ingreso de agua al huevo, mientras que en realidad provoca lo contrario, ya que el huevo se hincha y la cáscara se rompe. Entonces, para resolver este problema debemos pinchar con una aguja 8o un utensilio que se vende exclusivamente para ese fin) en el extremo más ancho del huevo (donde se encuentra una burbuja de aire). Así lograremos que las burbujas de aire que se dilatan con el calor de la cocción, se "escapen" por este orificio, en lugar de provocar rajaduras para conseguirlo.

La facilidad de pelado: Siempre se dice que los huevos frescos se pelan más fácilmente que los huevos más viejos... aunque no siempre disponemos de ellos. A mí me funciona bastante bien pelarlos aún calientes, sumergidos en agua fría. Finalmente, la forma más "científica" de resolverlo es colocando los huevos cocidos en un recipiente con vinagre blanco y dejar reposar hasta que se disuelva la cáscara (la cáscara calcárea se disuelve en un ácido).

La clara ideal: Darle sabor a la clara es la parte más fácil: al cocinar el huevo en agua con sal, la misma ingresará por los poros de la cáscara. Ahora bien, debemos tener en cuenta que la clara está compuesta por un 90% de moléculas de agua y el resto por moléculas de proteínas, que tienen forma de ovillos enrollados. Cuando la clara se calienta, las moléculas proteicas se despliegan, se unen sus "hilos" entre sí a través de los átomos de azufre (se dice que las proteínas se desnaturalizan) y terminan formando una red que atrapa el agua en su interior, es decir que gelifica. Pero cuanto más se calienta, la malla formada se hace más estrecha y el agua se escapa, con lo cual, la clara se vuelve más dura, firme y opaca. La clara coagula a 62°C, con lo cual una temperatura de 63°C sería suficiente, aunque habría que cocinar el huevo más tiempo que los clásicos 10 minutos a 100°C. Además, al realizar una cocción más suave, las proteínas ni pierden sus átomos de azufre y, por lo tanto, no se forma sulfuro de hidrógeno, ese gas de olor tan desagradable, responsable del color verde de la yema (al depositarse en forma de sulfuro de hierro).

La yema ideal: Para conseguir que la yema no quede arenosa, tenemos que aplicar el mismo concepto que usamos en la clara, es decir, cocinar el huevo a la menor temperatura posible. La cocción a 100°C resulta excesiva, pero si calentemos a 63°C solamente se cocerá la clara. Entonces, para cocinar el huevo completo (clara + yema) hace falta poner el huevo en agua salada a temperatura mayor de 68°C, por ejemplo a 69°C sería perfecto. ¿Y cómo hacer para que la yema quede centrada? Cuando se cocina un huevo sin moverlo, la yema flota en el interior y en el huevo duro quedará descentrada. ¿Dónde creen que se ubicará: abajo o arriba? Espero explicarlo claramente: la yema, por contener lípidos, tiene una densidad menor que la de la clara (que es casi toda agua), por lo tanto se ubicará arriba. Pero, si la yema queda en la base del huevo... cómo se explica? El motivo es que al colocarlo en agua, el huevo "se da vuelta" y la parte más ancha se ubica arriba (recuerden que allí se aloja la burbuja de aire). Por eso, para centrarla, podemos usar una cuchara de madera (para no quemarnos, por supuesto) para dar vueltas al huevo en la cacerola mientras se está cocinando. De esta forma, la yema quedará en el medio de la clara.

¿Y? ¿Qué les parece? ¿Es tan simple hacer un huevo duro?

jueves, 5 de marzo de 2009

Slow Food: el enemigo de la comida rápida

El Slow food, que traducido al castellano sería algo así como comida lenta, es un movimiento internacional que nace en Italia en 1986 y que se ha ido extendiendo rápidamente con el paso de los años por todo el mundo. Este movimiento se simboliza mediante la figura del caracol, porque la lentitud propia de este animal es el mejor símbolo para luchar contra la velocidad y las prisas que afectan al mundo moderno.
¿Cuál es el objetivo?
El objetivo que persigue es combatir la cultura del Fast food y recuperar los sabores y las costumbres tradicionales. Se basa en disfrutar de la comida, degustar los placeres que ofrece y gozar de la buena mesa en el entorno más adecuado.

Una alternativa frente a la comida rápida
Los establecimientos de comida rápida ofrecen sus menús a cualquier hora del día, a un precio muy económico y se pueden encontrar en cualquier región del mundo. Por eso, muchas personas concurren a ellos sobre todo como entretenimiento y ocio o para saciar su apetito en un lugar divertido. Sin embargo, hay personas que recurren a estos locales por falta de tiempo, ya que sirven las comidas en unos pocos minutos.
La comida rápida se acompaña generalmente de salsas o acompañamientos que aportan sabores muy intensos y una cantidad elevada de sal. Este tipo de sabores estimulan el apetito para seguir comiendo y bebiendo. Pero la rapidez con la que se consumen estos productos es otro aspecto negativo. Al comer deprisa no se deja tiempo suficiente para que la sensación de saciedad llegue al estómago por lo que con frecuencia se tiende a consumir grandes cantidades de comida. Por otro lado, puesto que apenas requieren masticación, y debido a sus altos aportes de grasa, el proceso de digestión se ve dificultado.
Este tipo de comida, cuando se convierte en algo cotidiano, puede ser perjudicial para la salud. En ocasiones estos productos sustituyen a las comidas principales, por lo que esto resulta en una deficiencia de determinados nutrientes que la comida rápida no contiene. En otros casos, se consume como un "extra" a lo que se toma habitualmente, en cuyo caso supone un exceso en el aporte de grasas y de calorías.

Recuperar las buenas costumbres
Con el paso del tiempo se han ido perdiendo muchas costumbres alimentarias saludables que sería importante recuperar. Entre ellas está el consumo de platos completos y nutritivos con legumbres como ingrediente principal. Un buen ejemplo lo constituyen las sopas y otros platos de cuchara que se han ido perdiendo con el paso de los años. Una solución práctica es cocinar un mayor número de raciones y mantenerlas congeladas hasta su consumo. Otros platos de elaboración casera que también se están perdiendo son las pastas con carne, el pescado, las paellas, acompañados de verdura o ensalada, que forman un menú completo y muy nutritivo.
Cada vez se tiende más a consumir platos principales precocinados y cuando se elaboran en casa, suelen prepararse casi siempre a la plancha o fritos por ser las opciones más rápidas y sencillas. Conviene fomentar el consumo de preparaciones caseras elaboradas con ingredientes saludables como los tradicionales guisos. Estas preparaciones no implican un exceso de grasa si se elaboran con los ingredientes adecuados. Por ejemplo, cocinar el pollo sin la piel o pescado, acompañados de verduras rehogadas, etc.
Los postres tradicionales como las frutas frescas y los lácteos, son la mejor opción para consumir a diario. De forma ocasional se pueden incluir elaboraciones caseras que incluyan ingredientes saludables como postrecitos, gelatina, flan, tarta con helado, etc.
Además es preciso fomentar y mantener las costumbres alimentarias y la riqueza gastronómica propia de cada región, dentro y fuera de ella.

¿Qué beneficios aporta?
El slow food otorga una serie de ventajas a corto y a largo plazo, entre los que destacan los siguientes:
- Promueve una buena masticación de los alimentos para favorecer la digestión.
- Fomenta la educación del sentido del gusto. El Slow food incluye sabores suaves y naturales como es el caso del tomate triturado frente al ketchup de la comida rápida. Cuando se abusa de sabores tan intensos, no se aprecian los sabores naturales de la comida tradicional. A esto hay que añadir que los sabores intensos estimulan el apetito y provoca un aumento de la ingesta.
- La calidad nutritiva del menú es mejor si bien puede superar en precio a la comida rápida.
- Favorece las relaciones sociales con otras personas alrededor de la mesa al comer de forma distendida y sin prisas.

Webs relacionadas:

http://www.slowfoodarg.com.ar/

http://www.puntoslowfoodbaires.com.ar/

http://www.slowfood.com/

martes, 3 de marzo de 2009

Pasa hasta en los mejores restaurantes

Después de 14 años de trabajo ininterrumpido, el restaurante británico The Fat Duck debió cerrar sus puertas a fin de realizar una exhaustiva investigación debido a que durante las últimas semanas se han reportado decenas de casos de comensales con problemas de salud.

Su propietario, el chef 3 estrellas Michelin, Heston Blumenthal se mostró muy preocupado por la situación y decidió tomar la drástica decisión, a pesar de que las pérdidas por la caída de alrededor de 400 reservas sería de unas £100.000.

Si bien los resultados de los análisis microbiológicos realizados por los consultores de higiene y seguridad alimentaria que utilizan regularmente fueron negativos, se esperan la respuesta de los agentes de salud para reabrir las puertas del segundo mejor restaurante del mundo.

Por ahora no se descarta ninguna teoría, ni siquiera la de un posible sabotaje, según declaró la vocera de The Fat Duck, ya que podría relacionarse con algunos problemas que han tenido con algunos vecinos e incluso la rivalidad con otros chefs de la región.

Este hecho seguramente pondrá en duda las técnicas, procedimientos y materias primas que utiliza Blumenthal, entre otros chefs con la misma tendencia gastronómica como Ferrán Adrià. Aunque para argumentar algo semejante, hay mucho que analizar.
Fuentes:

lunes, 2 de marzo de 2009

La cocina... es amor... arte... técnica

Con mucha alegría, les comento a los curiosos culinarios que ya está disponible en las librerías un nuevo libro del genial Hervé This, esta vez acompañado por el chef Pierre Gagnaire. A ver con qué nos deleitan en esta oportunidad...
Comentario
Este libro es el resultado del inesperado encuentro entre Hervé This, un químico audaz, y Pierre Gagnaire, un chef prestigioso. ¡Toda una aventura!
La cocina es con frecuencia un capricho.
Ante un fruto muy bello nace el deseo de crearle un joyero.
Comer una modesta legumbre, tratar de compartir un poco de felicidad o de emoción colocándola en el corazón de una idea culinaria. ¿Cómo? ¿Cómo determinar estas asociaciones? ¿Se pueden combinar la carpa y el conejo? ¿Cómo construir estos platos? ¿Cómo poner en escena el resultado de estas transformaciones culinarias?
Hervé This añade a la cocina las ideas estéticas procedentes de otras artes. Con Pierre Gagnaire estas ideas se han materializado. En conjunto, el químico y el cocinero, nos invitan a un juego maravilloso: ¡La cocina!